Los cultivos Bt son plantas modificadas mediante ingeniería genética para brindar protección frente a ciertas plagas a través de la expresión, en sus tejidos, de proteínas insecticidas denominadas proteínas Bt.
Son proteínas insecticidas provenientes de la bacteria del suelo Bacillus thuringiensis. En la naturaleza, la bacteria produce estas proteínas insecticidas como parte de su ciclo de vida. Existen proteínas Bt específicas para larvas de lepidópteros, de coleópteros y de dípteros. La bacteria Bacillus thuringiensis y las proteínas que produce también son usadas como insecticidas orgánicos biológicos.
Al brindar protección contra el daño de insectos plaga, los cultivos Bt permiten lograr mayores rendimientos con menos aplicaciones de insecticidas, mayor flexibilidad en el manejo y mejor calidad de grano. En el caso del maíz, la introducción de los cultivos Bt fue clave para permitir la
siembra exitosa de este cultivo en el norte de Argentina y en fechas tardías donde la presión de insectos plaga es mayor. Sumado a los beneficios que otorga al productor, la adopción de cultivos Bt trae también beneficios para la salud y el ambiente, por reducir las aplicaciones de insecticidas y por disminuir los niveles de micotoxinas producidas en el grano (se disminuye el daño en grano por insectos y así se evita el ingreso de hongos patógenos).
La resistencia de insectos es el resultado de la selección de individuos que presentan alguna diferencia natural que les permite sobrevivir a una sustancia frente a la cual anteriormente eran susceptibles. El uso repetido de proteínas Bt o insecticidas químicos para el control de plagas ejerce una alta presión de selección y acaba seleccionando individuos resistentes en las poblaciones que se quieren controlar. Al sobrevivir y reproducirse entre ellos, los individuos resistentes transmiten la resistencia a su descendencia, aumentando la proporción de individuos resistentes en la población.
Cuanto mayor sea la presión de selección por uso exclusivo y repetido de una misma práctica de control, más posibilidades hay de desarrollo de resistencia en una población. La resistencia no es un fenómeno nuevo ni exclusivo de las tecnologías para el control de insectos, también ocurre en el caso de las malezas y los herbicidas, las bacterias y los antibióticos y cualquier práctica que se repita en el tiempo sobre un organismo blanco.
La resistencia de insectos a las proteínas Bt significa la pérdida de los beneficios que aporta esta tecnología como la flexibilidad de manejo y el bajo impacto ambiental. Adicionalmente, como el desarrollo de nuevas tecnologías Bt requiere de varios años y grandes inversiones, no son fáciles de reemplazar en el corto o mediano plazo.
La principal amenaza a los cultivos Bt es el potencial de seleccionar resistencia de insectos a las proteínas Bt, con la consecuente pérdida de eficacia en el control. Para retrasar el desarrollo y selección de resistencia y prolongar la durabilidad de las tecnologías Bt en el tiempo, es clave utilizar los cultivos Bt dentro del marco del manejo integrado de plagas.
Los cultivos Bt no son la causa de la resistencia, pero su uso incorrecto contribuye a seleccionar la resistencia a nivel de lote. En toda población de insectos hay diversidad genética debido a la variabilidad natural de los seres vivos y es esperable que, fruto de esa diversidad, algunos individuos sean naturalmente resistentes en una población. Si la tecnología se maneja correctamente y se siembra refugio en el lote, la frecuencia de esos individuos naturalmente resistentes en la población no debería aumentar significativamente. El refugio provee individuos susceptibles en un rango de distancia tal que permite el cruzamiento con los resistentes que sobrevivan en la porción Bt del lote. Los descendientes de estos cruzamientos serán controlados por la tecnología Bt. Sin embargo, si no se siembra refugio, sólo los individuos resistentes sobrevivirán a las proteínas Bt y se volverán predominantes en la población rápidamente, resultando en pérdida de eficacia de las tecnologías.
La resistencia de insectos a las proteínas Bt significa la pérdida de los beneficios que aporta esta tecnología como la flexibilidad de manejo y el bajo impacto ambiental. Adicionalmente, como el desarrollo de nuevas tecnologías Bt requiere de varios años y grandes inversiones, no son fáciles de reemplazar en el corto o mediano plazo.
No, porque la resistencia es un fenómeno de la naturaleza. Sin embargo, puede retrasarse en el tiempo con prácticas de manejo de resistencia de insectos (MRI), dentro de un programa de manejo integrado de plagas (MIP).
El Manejo Integrado de Plagas (MIP) es un enfoque multidisciplinario que combina las ventajas de diferentes métodos de control en base a la dinámica poblacional de las especies, el ambiente y las condiciones específicas de cada cultivo. El MIP incluye prácticas culturales, uso de tecnología Bt con refugio, monitoreo, control químico, control biológico, entre otras. El MIP no pretende erradicar todas las plagas, sino que intenta mantenerlas en un nivel poblacional que no ocasione pérdidas económicas.
Sí. La tecnología Bt es una herramienta importante dentro del MIP, ya que protege al cultivo frente un ataque de ciertos insectos y reduce la población de las plagas. Para proteger su eficacia en el tiempo, la tecnología Bt debe usarse responsablemente dentro del marco del MIP.
El refugio es una porción del lote sembrada con el cultivo no Bt, de similar ciclo de madurez que la del cultivo Bt, que funciona como una reserva de insectos susceptibles. Para cada cultivo se han establecido los tamaños y las distancias adecuadas para la correcta implementación del refugio, de manera de generar un número suficiente de insectos susceptibles y maximizar las probabilidades que estos se apareen con los resistentes y produzcan descendencia susceptible.
Los principales factores que inciden en la selección y prevalencia de resistencia son:
En el refugio de maíz se recomienda:
Para preservar el refugio de soja de la defoliación total pueden aplicarse insecticidas cuando se alcancen los niveles de daño económico recomendados para el grupo de madurez utilizado y teniendo en cuenta el Manejo Integrado de Plagas (MIP). No deberán utilizarse insecticidas a base de Bacillus thuringiensis (Bt) en el área de refugio. En el caso del algodón, tanto el algodón Bt como el refugio pueden ser aplicados con insecticidas, siempre que estos no sean basados en Bacillus thuringiensis (Bt).