En las poblaciones de insectos plaga hay, naturalmente, individuos resistentes.
Los programas de Manejo de Resistencia de Insectos están destinados a retrasar la evolución y selección de resistencia de insectos a las tecnologías Bt o a cualquier otra práctica de control. Se basan fundamentalmente en manejar, dentro del marco del Manejo Integrado de Plagas (MIP), los factores que favorecen la selección de resistencia para mantener muy baja la frecuencia de individuos resistentes a nivel del lote.
La resistencia de insectos es el resultado de la selección de individuos que presentan algún cambio que les permite sobrevivir a una sustancia que antes los mataba. El uso repetido de proteínas Bt o insecticidas químicos para el control de una plaga ejerce una alta presión de selección y acaba seleccionando individuos resistentes en las poblaciones que se quiere controlar. Al sobrevivir y reproducirse entre ellos, los individuos resistentes transmiten la resistencia a su descendencia, aumentando la proporción de individuos resistentes. Cuanto mayor sea la presión de selección, más rápido se volverá la resistencia una característica predominante en la población.
La resistencia no es un fenómeno nuevo ni exclusivo de las tecnologías para el control de insectos, también ocurre con las malezas y los herbicidas, las bacterias y los antibióticos y cualquier práctica de control que se repita en el tiempo sobre un organismo blanco.
En las poblaciones de insectos plaga hay, naturalmente, individuos resistentes.
Ante la aplicación de tecnologías de control (insecticidas Bt) esos pocos individuos sobreviven ye dejan descendientes también resistentes.
Si se aplican frecuentemente insecticidas con el mismo modo de acción o cultivos Bt con la misma proteína, los individuos resistentes se volverán predominantes en la población y las tecnologías habrán perdido eficacia.
Fuente: Programa MRI
El desarrollo de resistencia en insectos es una preocupación importante para todos los actores de la cadena, quienes deben considerar el manejo de la misma desde el momento de la siembra. Los principales factores que inciden en la selección y prevalencia de resistencia son:
Estos conceptos dieron origen a las recomendaciones de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) para cultivos Bt, impulsadas por todas las empresas socias de ASA. Las recomendaciones se refieren al manejo y gestión responsable de la tecnología, con el objetivo de retrasar la evolución de resistencia y permitir aprovechar al máximo sus beneficios.
Los cultivos Bt son cultivos modificadas mediante ingeniería genética para brindar protección frente a ciertas plagas a través de la expresión, en sus tejidos, de proteínas insecticidas denominadas proteínas Bt. Los genes que codifican para las proteínas Bt provienen de la bacteria del suelo Bacillus thuringiensis. Cuando los insectos ingieren tejido vegetal con proteínas Bt, la toxina (delta endotoxina) es activada, se une a receptores específicos de las células intestinales formando poros en la membrana. Estos interrumpen el proceso digestivo del insecto provocando la muerte de la larva.
Los productores argentinos han adoptado rápidamente los cultivos Bt porque al brindar protección contra el daño de insectos plaga permiten lograr mayores rendimientos con menos aplicaciones de insecticidas, mayor flexibilidad en el manejo del cultivo y mejor calidad de grano. En el caso del maíz, la introducción de los cultivos Bt fue clave para permitir la siembra exitosa del cultivo en regiones tropicales y en fechas tardías o de segunda, donde hay mayor presión de plagas. Sumado a los beneficios que otorga al productor, la adopción de cultivos Bt trae también beneficios para la salud y el ambiente, por reducir las aplicaciones de insecticidas y por disminuir los niveles de micotoxinas producidas en el grano (al estar los granos menos dañados por insectos).
Las proteínas Bt son altamente específicas para las plagas que controlan y hay, por el momento, seis disponibles comercialmente (Cry1Ab, Cry1F, Cry1A.105, Cry2Ab, Cry1Ac y Vip3A) para control de lepidópteros.
Es importante considerar que cuando una población de insectos es expuesta repetidamente a altas concentraciones de ciertos insecticidas, tales como las proteínas Bt, puede desarrollar mecanismos de resistencia. La resistencia de insectos a las proteínas Bt significa la pérdida de eficacia de control y de los beneficios que aporta esta tecnología, lo que implica volver a las prácticas tradicionales de control de insectos que son menos eficientes, más engorrosas, y de mayor impacto ambiental.
Los primeros cultivos Bt expresaban sólo una proteína y la tendencia, hoy en día, es apilar genes para ampliar el espectro de control y contribuir a retrasar la selección de resistencia. Como el desarrollo de nuevas tecnologías Bt requiere de varios años y grandes inversiones, no son fáciles de reemplazar en el corto o mediano plazo. Es clave destacar que no habrá nuevas proteínas Bt en el mercado hasta 2025, y por lo tanto es crítico proteger las que tenemos.
Formado por las empresas socias de ASA junto a ArgenBio
A los productores un sistema para preservar la eficacia de las tecnologías Bt con el fin de lograr un desarrollo sustentable, acorde a las exigencias del mercado global.
La implementación de buenas prácticas de uso y manejo responsable de las tecnologías Bt para prolongar su vida útil en sistemas sustentables.
Referente, a nivel nacional, en manejo de resistencia de insectos.